Llegar a la Escuela de Carnaval y el taller de maquillaje artístico

Llegar al taller de maquillaje artístico de la Escuela de Carnaval de El Birri fue entrar en una historia que ya estaba en movimiento, una trama sostenida desde hace años por artistas, vecinas, educadoras populares y militantes que, de manera rotativa y ad honorem, mantienen vivo un proyecto que pertenece al barrio; un proyecto que late porque muchas personas lo sostienen con amor y práctica.

LLegar a El Birri fue un arrimarse tímido a un movimiento poderoso. Todo comenzó en diciembre de 2024, cuando integrantes de la comunidad birriana se contactaron conmigo para comprar productos de maquillaje artístico. Me ofrecí a enseñarles a usarlos y a hacer algunas pruebas para imaginar los maquillajes del carnaval 2025.

No era mi primer acercamiento al Centro Cultural y Social El Birri, pero sí la primera vez que participaba desde adentro. Lo primero que me conmovió fue la alegría del festejo, esa energía que hace vibrar al barrio, el profundo sentido de pertenencia a una comunidad y la inscripción en una historia colectiva.

Pronto me contaron que iban a necesitar maquilladorxs para el carnaval. Se abrió una convocatoria a la comunidad y varias personas se sumaron con entusiasmo, entre ellas Laura Martínez y Mariana Gerosa: dos grosas artistas con quienes terminé compartiendo -para dicha y fortuna de mí-  la coordinación del taller. De ellas aprendí un montón desde lo artístico, lo pedagógico y lo organizativo. Me siento tan feliz de este espacio compartido con estas dos genias totales, en un 2025 particularmente difícil para mí, y seguro para muchxs más.

Las fotos que siguen son del carnaval 2025, el carnaval en que nos conocimos y maquillamos juntas por primera vez.

El Birri: un gigante con alas.
Memoria popular, territorio, celebración y resistencia

“Los sueños no envejecen”
Fernando Birri

El Centro Cultura y Social El Birri debe su nombre al querido y célebre cineasta santafesino Fernando Birri. El Birri (como se lo conoce) funciona en la ex Estación Mitre, un edificio con más de 130 años que guarda huellas de distintas épocas de la ciudad. Allí donde antes circulaban trenes, hoy circulan vecinas, artistas, proyectos sociales, un trueque comunitario y también la vida frágil de quienes usan los andenes como refugio. Es un territorio donde la memoria ferroviaria convive con las búsquedas de la cultura popular y prácticas de subsistencia como lo es el trueque.

En los años noventa, cuando las políticas neoliberales desmantelaron el sistema ferroviario, la estación quedó abandonada. En ese contexto, Fernando Birri —que había filmado allí Tire Dié en 1957— regresó para resignificar el lugar. Así nació la Fundación Birri y la Antesala de Teatro, antecedentes directos del actual El Birri y de la Sala Popular.

En 1997 la Municipalidad impulsó un concurso arquitectónico para remodelar el edificio. Los proyectos existieron, pero nunca se concretaron. Fernando Birri se alejó nuevamente de Santa Fe, pero la comunidad no abandonó el espacio.

Hasta 2005, la fundación siguió sosteniendo allí un proyecto cultural. Un hito de ese período fue el Carnavacanal del 2000, también llamado el “Carnaval de las vacas voladoras”, con la participación del propio Fernando Birri. Ese carnaval marcó un antes y un después en la identidad birriana.

Mientras otros espacios culturales desaparecían —la Casa del Momo, Las Puertas Son de Adorno, el Entepola— El Birri crecía poco a poco, sostenido por quienes desean que el arte y la cultura tengan lugar.

Con el tiempo se volvió un punto de referencia para el barrio San Lorenzo y para gran parte de la sociedad santafesina; un lugar donde territorio, arte y política se entrelazan en prácticas colectivas, y donde la recuperación del carnaval y de la calle como espacio comunitario y festivo se volvió una seña de identidad.

Foto del IG @el.birri

Un espacio que resiste mientras crea

“El rigor del arte y el delirio de los sueños…”
Fernando Birri

Las tensiones con el Estado fueron muchas. En 2008 se firmó un convenio para el uso de parte de la ex estación. Pero en febrero de 2015, con ese acuerdo aún vigente, la Municipalidad irrumpió sin orden judicial y detuvo a dos integrantes del espacio, argumentando deterioro y uso indebido del edificio. Ese deterioro era, paradójicamente, responsabilidad de obras no realizadas por el propio municipio.

El intento de desalojo sirvió para mostrar la dimensión de El Birri en Santa Fe. Era un territorio cultural organizado, que venía trabajando de manera autogestiva y autónoma, ligado al legado cultural de Fernando Birri, al barrio San Lorenzo y a los carnavales como festejo popular.

En El Birri funcionaban una enorme diversidad de proyectos: talleres de música, teatro, fotografía, cine y circo; la cooperativa textil del barrio; la cooperativa Enobra; el colectivo editorial 4ojos; la revista El Surco del Oeste; el grupo de teatro comunitario De Tripa Corazón; el grupo infantil La Gorda Azul; la Escuela de Carnaval; la comparsa La Birrilata, entre otros.

Además, El Birri integraba —y sigue integrando— la Red Barrial de San Lorenzo y el Movimiento de Organizaciones Murgueras del Oeste, que reúne comparsas y grupos carnavaleros de los barrios más postergados de la ciudad, y que durante varios años sostuvo los Carnabarriales, celebraciones gratuitas que culminaban en la quema del Rey Momo.

Ante aquel intento de desalojo, la reacción social fue inmediata: una multisectorial de más de 80 organizaciones salió en defensa del espacio, acompañada por figuras nacionales e internacionales.

Ese año, el carnaval se vivió con una fuerza particular porque se celebraba la resistencia de un territorio vivo, y el lema elegido fue:  ¡Por 100 años más de El Birri! ¡100 años más de cultura popular!

Fotos del IG @el.birri

Incendio, abandono estatal y reexistencia colectiva

En la madrugada del 31 de julio de 2019, un incendio afectó el hall central, la planta alta, la Sala Popular y la Escuela de Carnaval de El Birri. Este siniestro llegó después de años de denuncias que la propia comunidad venía haciendo sobre el deterioro edilicio y el incumplimiento estatal de obras prometidas —como las acordadas en 2008 y nunca concluidas.

En 2018 se habían aprobado nuevas obras municipales para El Birri, incluyendo el recambio de aberturas, clave para la seguridad del edificio. Para julio de 2019 seguían sin realizarse. Por una de esas aberturas sin reemplazar entró el fuego.

Fotos Diario El Litoral

El incendio destruyó infraestructura, interrumpió la vida cotidiana del espacio y golpeó la memoria afectiva de la comunidad. Sin embargo, El Birri respondió como sabe hacerlo: con comunidad organizada y autogestión. Mientras el humo persistía, vecinxs, artistas y organizaciones se acercaron a limpiar, reparar y sostener.

El lema que surgió se volvió bandera:  “Desde el fuego reexistimos.”

Y así fue: El Birri resurgió desde las cenizas. Con esfuerzo colectivo recuperó parte de sus espacios más queridos: la Sala Popular de Teatro, la barra y parte del hall central. A ello se sumó un nuevo lugar muy querido: la Birriteca.

Fotos IG @el.birri

La Escuela de Carnaval y los Carnabarriales: pedagogía popular y cultura viva

“Les recuerdo que el demonio tiene la mala costumbre de recurrir a artificios y otras caretas para confundir a los incautos…”
En: Un señor muy viejo con alas enormes. Fernando Birri. 1988

Y se siguió trabajando, celebrando los Carnabarriales, y sosteniendo la Escuela de Carnaval, todas las prácticas que legitiman a El Birri en y desde la comunidad.

Entre todas las actividades que El Birri sostiene, la Escuela de Carnaval y la celebración de los carnavales ocupan un lugar especial. No solo por su tradición, sino por la energía comunitaria que los impulsa.

La temática del carnaval se define cada año en una asamblea abierta en la que participan integrantes de El Birri y vecinas y vecinos del barrio San Lorenzo. Es una construcción verdaderamente colectiva. Este año, la decisión final surgió de la imaginación de una niña de once años: el carnaval 2025 se llamará “Despertar Birridículo”.

La Escuela de Carnaval es una propuesta cultural y pedagógica que consiste en talleres vinculados con distintas artes escénicas que dialogan con el carnaval: batucada, improvisación musical, baile, costura y vestuario, circo, teatro comunitario, plástica, entre otros. Estos talleres son gratuitos para infancias, juventudes y personas adultas.

Este año se ofrecieron talleres de circo, exploración musical, pintura, batucada, fútbol mixto, costura y vestuario, improvisación actoral, fotografía y cine, y maquillaje artístico, el taller coordinado por Mariana, Laura y yo.

En el taller de maquillaje artístico trabajamos todo el año articuladamente con otros talleres: vestuario, circo, teatro, batucada y cuerpo de baile. Fue emocionante ver cómo el maquillaje se integraba al entramado del carnaval.

Video realizado por Laura Norma Martínez

Más fotos de lo trabajado este año

La muestra anual: un festejo con sentidos

La muestra anual de los talleres de la Escuela de Carnaval realizada el pasado 29 de noviembre tuvo un brillo especial: porque además se celebró firma del convenio con la Municipalidad que garantiza la continuidad de El Birri en la ex Estación Mitre hasta 2040.

Fue una fiesta inmensa. Participaron familias enteras, infancias, jóvenes, adultxs, vecinas, artistas y militantes. Cada participante de los talleres recibió su diploma como reconocimiento al trabajo compartido del año.

Desde el taller de maquillaje artístico estuvimos desde temprano: maquillamos a integrantes del circo, hicimos bocas ridículas para la batucada y nos maquillamos entre nosotras con bocas, ojos y lunas: pequeños anticipos del carnaval que viene.

A veces una llega a un espacio para enseñar algo y descubre que, en realidad, fue convocada mucho más para aprender. Eso nos pasó a Mariana, Laura y a mí en El Birri. Llegamos con pinceles, colores y técnicas; y nos encontramos con una comunidad que sostiene su historia con el cuerpo, que inventa futuro con arte, que transforma la adversidad en fiesta y la fiesta en memoria.

Nuestro pequeño aporte desde el maquillaje artístico fue apenas un hilo dentro de una trama mucho más grande. Y en ese proceso, aprendimos muchísimo de quienes participaron del taller: Aylen, Gisela, Lea, Belén, Julia, Valentina, Antonela y tantas otras personas que se sumaron con entusiasmo, generosidad y creatividad.

También aprendimos de la comunidad birriana, que nos recibió con calidez, nos trató como iguales y nos hizo sentir parte desde el primer día.

La Escuela de Carnaval no es solo un ciclo de talleres: es un modo de habitar el territorio, de regalar tiempo compartido, de afirmar que la cultura popular tiene valor, dignidad y voz.

Hay algo profundamente hermoso en ver a las infancias, jóvenes y adultxs caminar por la ex Estación Mitre como si fuese su casa. Porque lo es. Y lo seguirá siendo mientras haya gente dispuesta a sostener ese fuego comunitario que, incluso después del incendio, no se apagó: se transformó en reexistencia.

Por eso, el momento en que La Birrilata cerró la jornada en la calle se sintió como una declaración de amor por el barrio, la comunidad birriana, el arte y el carnaval.

Foto del IG @el.birri

 ¡Aguante El Birri!  ¡Y por 100 años más de cultura popular!

Gracias El Birri
Gracias Escuela del Carnaval
Gracias Mariana y Lau
Gracias Fernando por tu visión del mundo, por poner la cámara a la altura de los ojos de los hombres. Gracias por lo colectivo, lo popular y las pequeñas grandes revoluciones. Gracias por la magia y la utopía💖


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